SACAN A LA LUZ PÚBLICA «SECRETOS» EN EL SEMINARIO MENOR DE CHETUMAL

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“No tires esa comida a los animales”, ordenó el administrador. El joven lo miró intrigado y le preguntó qué haría con ella: “Se las vamos a dar a los internos y se acostumbrarán a comer lo que les demos”, recuerda un ex trabajador del Seminario Menor de Chetumal, quien fue despedido por negarse a seguir acatando estas órdenes.

De acuerdo al relato de Marcelo, cuya identidad se mantiene en reserva, quien giró estas instrucciones es José Luis Razo Aguilar, originario de Jalisco, responsable de la administración del centro de formación de la comunidad católica en el que estudian alrededor de 70 internos.

Despido

El día 25 de julio pasado Marcelo debía salir de vacaciones. Fue cuando Razo Aguilar le informó que tenía que buscar trabajo, sin indicarle el motivo del despido ni el monto que le pagaría como liquidación después de 3 años de labores.

Hasta ese momento, el empleado era responsable de la intendencia del lugar; entre otras tareas, debía buscar las donaciones que hacen diferentes negocios para el mantenimiento del internado, ubicado en la colonia López Mateos, por calle Heriberto Frías y en las inmediaciones de la Casa de Gobierno Estatal. “Muchas de las fruterías les dan productos y hasta un supermercado, pero ellos nos aclaran cuáles son para consumo y cuáles son para los animales”, narró el ex trabajador, quien además estaba a cargo de los tres perros que viven en el Seminario Mayor.

Malas condiciones de higiene

“Empezaron los roces, porque me di cuenta de que les dan a los muchachos productos lácteos caducos, comida que está en malas condiciones y hechas con mercadería para animales”; narró. Y recordó que en una ocasión, le comentó al administrador que unos frijoles se estaban descomponiendo y el párroco le ordenó que les echara bicarbonato. “Cuando me fui, había como 10 alumnos que tenían enfermedades estomacales, y los padres ni saben cómo viven sus hijos: en la cocina donde se hacen los alimentos hay ratas, la mercadería tiene gorgojos y hay nidos de cucarachas”, describió. El 2 de septiembre del año 2005 se llevó al cabo -en el antiguo CECUCA, Centro Cultural Católico) de la ciudad de Chetumal, la inauguración oficial del seminario menor diocesano para la prelatura de Cancún-Chetumal, dedicado a la Inmaculada Concepción; y comenzó con 58 seminaristas.

En el nombre de Dios

De acuerdo al relato del joven, la mayoría de los internados son de Cancún y Playa del Carmen, quienes duermen en habitaciones rodeados de moscos, mientras los sacerdotes cuentan con cuartos con clima.

Marcelo, además de esperar que las autoridades eclesiásticas le paguen lo que a derecho corresponde, quiere hacer públicas las condiciones de vida de estos estudiantes, sometidos a todo tipo de vejámenes, en el nombre de Dios. (Fuente: Grupo Pirámide)




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