Por José Atila Hernández Ruiz
Parecerá un vaticinio sin razón, pero en la política las cosas así son. O así pretender ser, a menos que el destino diga otra cosa; pero Pedro Joaquín Delvouis, el alcalde electo de Cozumel, podría ser, por no decir, va a ser, el próximo gobernador de Quintana Roo.
¿Por qué lo decimos, o por que el vaticinio? Porque además de que es el hijo del aun Secretario de Energía del país, y quien ya fue gobernador de Quintana Roo de 1981 a 1987, Pedro Joaquín Coldwell es sobrino del actual gobernador de Quintana Roo Carlos Joaquín González. Y en cuestiones de poder, el poder se hereda entre la familia y no se comparte con los extraños.
¿Qué quiere decir esto? Que mientras su tío este en la gubernatura -hasta el 2022-, el joven Joaquín Delvouis podrá hacer una carrera meteórica para estar listo y así sucederlo.
Respaldo no le faltara, como no le falto ahora que gano la presidencia municipal para suceder a la ya no agraciada Perla Cecilia Tun Pech. Todos los que quisieron competir por la candidatura se abstuvieron al saber que el sobrino del antes innombrable CJ era el elegido.
Pronto veremos al novel político dejando la presidencia para irse a ocupar otros cargos en el gabinete estatal o alguno de representación popular para así enfilarse a la gubernatura.
Como ya se dijo, esto no es de extrañar. Así son las cosas en la política. Y cuando se tiene a un padrino o a un familiar que lo respalde todo se puede, a menos que no se quiera aprovechar las oportunidades y ventajas que esto da. Pero ¿Quién no las va a querer aprovechar?
