PRESENTAN EL PROGRAMA «PRO QUINTANA ROO»

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Por José Atila Hernández Ruiz
Se vio muy bonita la presentación que hoy, en el Centro de Convenciones y Negocios de Chetumal, hizo el gobierno del Estado del programa “Pro Quintana Roo” que, según se dijo, busca posicionar a la entidad a nivel no solo nacional sino mundial en materia de negocios y desarrollo.
Se vio como se han visto cada sexenio, tanto de los gobiernos federal como estatal, programas similares en los que tristemente los resultados no son los que se dicen y esperan. Desde que Quintana Roo se convirtió en Estado, el 8 de octubre de 1974, se han venido presentando programas como este.
Y no dan los resultados esperados porque el mismo gobierno con tantas trabas burocráticas, impuestos y demás acosos que hace contra los que quieren poner un negocio, les quita las ganas a los que quisieran hacer algo por el desarrollo de Quintana Roo.
Por ejemplo, ¿de qué sirve que se impulsen estos programas, si con aumentos como el del precio de las gasolinas se desanima a cualquiera que quiera poner un negocio? O que alguien abra cualquier pequeño negocio si antes de que le caigan clientes lo primero que le cae son Hacienda, el Seguro Social, Salubridad, el municipio y tantas otras dependencia de gobierno, amenazándolo de que si no cumple con los requisitos que le exigen lo multaran lo clausuraran y hasta lo embargaran y encarcelaran?
Para que estos programas de fomento al desarrollo del Estado funcionen debían dárseles todas las facilidades a aquellos que más que por invitación ponen negocios, lo hacen por iniciativa propia. Que son muchísimos. Pero que al ver que el mismo gobierno es el que les pone trabas, se desaniman y ya no lo hacen.
Y si que lo necesitan Chetumal y todo el Estado. Y el país. Si hacemos un recorrido por diversas calles de Chetumal y del Estado vemos que por donde quiera hay negocios cerrados y propiedades en venta o en renta. Y muchísimos fueron cerrados o están en venta por los acosos que les hicieron Hacienda, el Seguro social, el municipio, Salubridad y hasta los bancos y acreedores.




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