PAGAN JUSTOS POR PECADORES

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Por José Atila Hernández Ruiz
Ahora si ya se supo por que los gobernadores que ha tenido Quintana Roo, desde Mario Villanueva Madrid para acá, no han querido atender a la gente que se les acerca cuando salen a los eventos públicos y se rodean de guaruras o vallas metálicas como lo hizo durante todo su sexenio Roberto Borge Angulo. Porque unos cuantos pedilones, que se ostentan “lideres” de quien sabe que, los tienen hasta la madre de que en cada evento se les acercan para pedirles algo.
A esos pedilones, que son los mismos, los hemos visto pidiendo siempre en cada evento y parece que nunca se cansan de pedir. Esa es la razón por la que los gobernantes, para no atenderlos, optan por rodearse de guardaespaldas o vallas que impiden que esos pedilones se les acerquen.
Lo malo es que por causa de esos pedilones la gente que verdaderamente necesita resolver algún problema y requiere de la ayuda del gobernador, o quiere hacer un planteamiento importante no solo pedir, no es atendida. Como dice el dicho “pagan justos por pecadores”.
Los gobernantes deberían ser muy claros con esos pedilones y mandarlos a llamar a sus despachos y decirles que ya se dejen de estar pidiendo y se pongan a trabajar.
Algunos de los ex gobernadores que ha tenido el Estado tuvieron sus técnicas para tratar a estos parásitos que son solo puro pedir. Por ejemplo Mario Villanueva Madrid firmaba las peticiones que le hacían pero ya luego daba instrucciones de que se atendieran solo las que merecían atenderse.
Miguel Borge Martin era más franco con la gente y de plano les decía si se podía resolver el asunto o no.
Félix González Canto a todo mundo atendía, como lo hicieron en su tiempo Jesús Martínez Ross y Pedro Joaquín Coldwell, quienes por cierto, ni guaruras usaban.
El que si a todo mundo les decía que si pero después a nadie le resolvía nada fue el negro Joaquín Ernesto Hendricks Díaz.
Y el que de plano prefirió no atender a nadie y opto por rodearse de las ya famosas vallas metálicas para que nadie se le acercara fue Roberto Borge Angulo.
Carlos Joaquín González no usa vallas, aunque si discretos guaruras que lo custodian, pero si siguen esos pedilones acosándolo puede que lo lleguen a fastidiar y caiga en los errores en que cayeron sus antecesores.
Por eso la sugerencia es que se les llame en privado a esos pedilones y se les diga que ya dejen de estar jodiendo y se pongan a trabajar y hacer algo productivo.




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